Verano y vacaciones
El verano es la época de las vacaciones, y los amantes de las actividades al aire libre se dirigen a la cuna del arte y de la moda: Italia. Roma, Florencia y Pompeya son auténticas joyas de las antiguas civilizaciones, del arte y de la arquitectura. A los turistas les encanta pasear por las antiguas calles y sumergirse en la atmósfera mágica del pasado.

Sin embargo, muchos sienten incomodidad, ya que durante los meses de verano, bajo el ardiente sol italiano, no siempre es fácil encontrar sombra. Además, no todos los viajeros recuerdan un accesorio tan importante como la sombrilla.

El sol y sus efectos sobre la salud
El sol, sin duda, ejerce un efecto beneficioso sobre el organismo. Sin embargo, permanecer expuesto a la luz solar directa durante demasiado tiempo no solo puede provocar incomodidad por el sobrecalentamiento, sino también consecuencias más graves. Los médicos han confirmado que la exposición prolongada a los rayos solares contribuye al desarrollo del melanoma, que puede derivar en cáncer de piel, envejecimiento prematuro y problemas de visión.
Por eso, las sombrillas no son solo un detalle elegante y atractivo del vestuario, sino también una protección eficaz durante los calurosos días de verano.
Un accesorio con historia
¿Quién inventó este útil accesorio?
Las primeras menciones aparecen en el antiguo Egipto y en grabados y textos ceremoniales chinos, fechados mil años antes de nuestra era. Según una leyenda, un carpintero chino inventó la primera sombrilla plegable para su esposa, creando un “techo que siempre la acompañara”.

En la antigüedad, la piel clara era símbolo de nobleza, y con el tiempo, lo que comenzó como un objeto de protección solar se convirtió en un accesorio de lujo: un emblema de estatus, poder y riqueza. Las sombrillas se pintaban a mano, se decoraban con plumas, bordados, perlas y piedras preciosas, y tenían precios altísimos. En Egipto, por ejemplo, solo los faraones podían utilizarlas como símbolo de autoridad.

En la antigüedad, la piel blanca se consideraba un signo de nobleza y, probablemente por eso, la sombrilla pasó de ser un medio de protección contra el sol a convertirse en un accesorio aristocrático y un símbolo de poder y riqueza. Eran decoradas a mano con plumas, bordados, piedras preciosas y eran extremadamente costosas. En el antiguo Egipto, solo los faraones podían utilizarlas, ya que eran un símbolo de autoridad.
Sombrillas reales y símbolos de prestigio
Existían sombrillas de varios niveles. Se creía que cuantos más doseles tenía, más alto era el estatus de su propietario. Por ejemplo, el rey de Siam solía pasear bajo una sombrilla con siete capas adornadas con diamantes y oro, mientras que el rey de Birmania poseía una sombrilla con 24 doseles, lo que le valió el sobrenombre de “Señor de las 24 sombrillas”.

En cambio, en la antigua Grecia, cuna de la democracia, la sombrilla dejó de simbolizar poder y autoridad.

Materiales y evolución en Europa
Las sombrillas se fabricaban con materiales muy diversos: en China se hacían de un papel de arroz especial, recubiertas de cera y barniz; en Japón, de paja o junco; en Roma, las damas patricias utilizaban sombrillas de cuero con varillas metálicas.

Tras la caída del Imperio romano, las menciones a la sombrilla reaparecen en el siglo XII, pero nuevamente como símbolo de poder papal. En 1414, durante la entrada del papa Juan XXIII en la ciudad de Constanza, la multitud quedó impresionada por un objeto inusual: una especie de “sombrero” sobre un mástil, llamado ombrello en la Italia medieval. Desde entonces, la sombrilla se convirtió también en un símbolo heráldico.

Solo los papas, emperadores y los dogo de Venecia tenían derecho exclusivo a su uso. La gente común, en cambio, prefería protegerse con sombreros de ala ancha o capas ligeras.
La moda de las sombrillas en Europa
La esposa del rey de Francia Enrique IV, María de Médici, introdujo en el siglo XVII la moda de la sombrilla como accesorio femenino en Europa. Poco a poco, se convirtió en un elemento indispensable para las damas elegantes. El nivel de decoración, encajes y bordados de la sombrilla reflejaba la riqueza y posición social de la mujer.

En el siglo XVIII aparecieron las sombrillas plegables con delicados encajes, que combinaban perfectamente con los vestidos voluminosos y los abanicos. Así, la sombrilla pasó a ser un símbolo de estilo y feminidad.

Consejos para elegir una sombrilla
Hoy en día, existe una enorme variedad de modelos para todos los gustos:
- Para un estilo clásico o romántico, son ideales las sombrillas de encaje o las pintadas a mano al estilo chino.




- Para un look formal, deportivo o casual, las sombrillas de satén o nailon son la mejor opción.

- ¡Lo más importante! Si usas sombrilla para protegerte del sol, elige colores claros, preferiblemente blanco, ya que los tonos oscuros absorben el calor y se calientan mucho más rápido.

La sombrilla no es solo un accesorio funcional, sino también un complemento de moda. Una sombrilla que combine con tu ropa, tu bolso o tu pañuelo atraerá todas las miradas. Así que, en los días calurosos y soleados, ¡no olvides llevar tu sombrilla!

Sombrillas reales y símbolos de prestigio
Existían sombrillas de varios niveles. Se creía que cuantos más doseles tenía, más alto era el estatus de su propietario. Por ejemplo, el rey de Siam solía pasear bajo una sombrilla con siete capas adornadas con diamantes y oro, mientras que el rey de Birmania poseía una sombrilla con 24 doseles, lo que le valió el sobrenombre de “Señor de las 24 sombrillas”.